¿Se
puede contar con una poesía inquietante por su simpleza y unos
dibujos que rozan la crueldad la universalidad de los outsiders?
Parece que sí, sólo
basta con recorrer las páginas que Tim Burton creó para que las
identificaciones signadas por la ternura y los escalofríos recorran
nuestras espaldas humanas. La delgada línea que separa
el
margen de la normalidad parece un horizonte borroso cuando ser
un chico nos enreda en historias reales.
Se necesita de una dura
dulzura para comprender las vidas de los humanos normales, esos
cuentos de nosotros que hemos sido siempre chicos algo.
Infidelidades, navidades,
reuniones familiares, soledad
extrema, desamor, amor intenso, ojos sobresaturados de mirar, manchas
inevitables sobre los cuerpos, necesidad de consultar los oráculos
y de tener una personalidad.