Charles Bukowski      

MÍA                                                                       
Ella yace como una bolsa de papas
puedo sentir la gran montaña vacía
de su cabeza.
Pero está viva.
Bosteza y
se rasca la nariz y
se tapa mejor.
Pronto le daré un beso de buenas noches
y dormiremos.
Y muy lejos está Escocia
y bajo la tierra
andan los topos.
Escucho autos que arrancan en la noche
y a través del cielo una mano
blanca saluda:
buenas noches, querida, buenas noches.